En realidad, no es mi aniversario, nací por primera vez un 13 de junio de 1962, pero
este año cumplo 18 años…
Mediados de 2001, en aquellos momentos trabajaba en una empresa y hacia de técnico
con la federación Catalana y colaboraba a días con la Federación Española, de tanto
en tanto me daba como un apretón en el estomago que me hacia tener que retorcerme
de dolor, era mas o menos cada día, a medida que pasaba el tiempo se iba acentuando,
dolía mucho y paraba, según pasaba el tiempo se iban recortando los tiempos e iba
siendo mas habitual, no era para dejar de hacer nada, pero era difícil, ya que cuando
pasaba era cada vez mas intenso.
Empecé a ir de médicos, pastillas para el dolor, visitas a urgencias, varios doctores,
ninguna veía nada, todo tipo de pruebas, mucho dolor, llegado el caso cuando me dolía
ya no podía conducir, yo ya encontraba raro, que yo, siendo un reloj, no fuera al baño,
no tenia ganas de comer nada, lo que hacia era a la fuerza, seguíamos de urgencias, en
el hospital de Martorell, encontrabas de todo, desde doctores/as que se miraban el
caso con lupa a alguno que me decía que todo era psicológico, que no veían nada y no
tenia nada.
El dolor era insoportable, me hicieron todos tipo de pruebas, hasta que la primera
solución fue entrar en quirófano y abrir todo el estomago, al despertar, una cicatriz
desde el esternón hasta la zona baja del vientre, 26 centímetros, la doctora me dice que
no han encontrado nada, que en pocos días me iba para casa, le digo que me sigue
doliendo, un doctor a su lado me dice que no estoy bien de la cabeza, que no tengo nada
y que son cosas psicológicas, que dándome morfina se arreglaría, y así no me
quejaría, vuelta a casa después de tres semanas ingresado.
Paso unas semanas entre casa y el hospital, uno de los peores episodios que me
acuerdo, el momento en el que me quitan las grapas de la operación, no sé si eran 30,
todas con un dolor terrible, cada una que me arrancaban era un suplicio, arrancadas,
con herida y sangre, mucho dolor, resignado porque ya eso no era daño para mi,
además medio drogado todo el día.
Sigue el dolor, muy agudo, sigo sin poder comer ni ir al baño, nadie sabe lo que tengo,
voy perdiendo peso, de mis 70 kilos habituales estoy en 55 kg, débil, seguimos yendo a
urgencias, ya hasta los baches de la carretera son insoportables, me ingresan a
regañadientes y me dicen que me vuelven a abrir, para que esté tranquilo.
A las dos semanas, recibiendo casi malos tratos por parte de algún doctor, deciden volver a abrirme de arriba abajo, cuando vuelvo a despertar, solo en la habitación con un doctor y una doctora, me comunican que no han encontrado nada, solo una mancha detrás del mesenterio, que lo mas seguro que no es nada….
Al cabo del rato, aparece mi compañera, me dice que por que no le he dicho nada,
¿Nada de que?
Me han dicho los doctores que tienes un tumor, lo mas seguro que maligno, que te
quedas unos días en el hospital
Os puedo explicar, que cuando me dicen que tengo un cáncer, mi primera y única
reacción es de alivio, al saber que por lo menos sabia lo que tenia y tendría que luchar
por ello, me dejó mas tranquilo……
Paso unas semanas entre casa y el hospital, llega el momento de volver a quitarme
grapas, me niego, vienen dos enfermeras y me quieren obligar a quitármelas, hago
llamar a la jefa de planta y le explico, me dice que no tiene porque hacerme daño, y se
ofrece ella misma a hacerlo, me doy cuanta de la maldad que tuvo la anterior
enfermera, la doctora sacó una especie de alicates, aquella herramienta abría la grapa
y salía sola sin ningún daño, se me caían las lagrimas de pensar lo que me pasó la
ultima vez…
El viernes para casa y el lunes tenia que ir a Oncología de Bellvitge a comenzar la
quimioterapia, yo en cerca de 48 kg, no podía mirarme al espejo, solo era huesos, muy
débil, me ponían un plato de comida delante y no tenia hambre, sino que me daba
hasta asco, el sábado por la tarde, solo me faltaba gritar de dolor, ya no había postura
ni calmante que me tranquilizara, mi compañera y mis cuñados decidieron bajarme
directamente al Hospital de Bellvitge, yo ya llegue casi sin conocimiento, solo recuerdo
que las enfermeras y la doctora se ponían las manos a la cabeza al ver mi estado, casi
sin pulsaciones ni tensión arterial me dijeron, no me acuerdo de nada mas, solo que
empecé a dar botes en la cama, mi cuerpo estaba sin control, me dijeron que la escena
era dantesca y tenia los ojos en blanco, eso fue lo ultimo que recuerdo, ya lo siguiente
lo he explicado muchas veces, vi el túnel, se me paso toda mi vida por delante , hasta
imágenes de mi infancia, jugando con mis tortugas delante del Castell del Rei Sanxo,
en Valldemossa, Mallorca, imágenes de seres queridos que ya no estaban entre
nosotros, todos ya pensaban que no salía de esa….
Abrí los ojos y las primeras imágenes fueron de mi compañera y mi hermana, con la
doctora, sus primeras palabras fueron…
Ya está, ya está todo.
Yo no sabia que querían decir, habían pasado muchas horas y todavía no sabia en que mundo estaba.
Al día siguiente, la doctora me lo explico.
Te entremos en el quirófano casi muerto, casi sin signos vitales, te abrimos en canal,
saquemos todos tu aparato digestivo y lo pusimos encima de una mesa, empecemos a
revolver y encontremos el problema, un trozo de intestino de sobre 40 centímetros,
obstruido, a punto de reventar, que hubiera sido el fin.
¿Y el tumor? ¿Le preguntaron, el tumor? No había tumor, era parte del intestino que se
había podrido y había ido a parar detrás en la espalda, que era en parte aquel dolor
que sentias, ahora ya está, no tienes que seguir ningún tratamiento, dentro de unos
días a casa y a recuperarse…
Estuve dos semanas, pude empezar a tomar pequeñas dosis de sopa, no podía comer,
luego ya poco a poco algo de solido.
Ya en casa fue la recuperación, a mediados de marzo, me acuerdo de que no me tenia
en pie, pude empezar a comer muy suave y al cabo de los días a salir a la calle, el
primer día fuero, y no exagero, tres pasos, no podía con mi cuerpo, lo había perdido
todo, la musculatura, la fuerza, fue todo muy lento, pero solo tenia ganas de volver a
trabajar.
Todo eso me enseñó muchas cosas, a afrontar los problemas de otra forma y a hacerme
más fuerte, mas seguridad y me volví mas duro pero a su vez, mas flexible, fue y ha
sido una lección de vida.
No tenia miedo por mi, sabia que tenia que tirar para adelante,
sufría por los que estaban a mi lado, es en lo único que pensaba.
Me enseño a afrontar los
problemas, a sonreír a la vida, a disfrutar.
los momentos cuando estas bien, a valorar lo que tienes.
Gràcies a tots, gracias a todos.
Jaume