Un Viaje inolvidable.

 La entrevista de la Vanguardia esta hecha a partir de este viaje inolvidable.

 

La podéis ver aquí  Cuando tu vida vale 50 doláres.

 

Llegamos a donde están los autobuses, preguntando podemos encontrar uno que se dirige a nuestro destino, el autobús esta abarrotado y entramos como podemos, las bicicletas y las maletas amontonadas entre el almacén y nuestros asientos, cuando estamos a punto de ponernos en marcha, aparecen una pareja con cámara de vídeo y foto, nos van grabando, fotografiando y preguntando el nombre y apellidos, de uno en uno, a mí se me ocurre preguntar porque lo hacen, la respuesta que me dan es:

Muy fácil, si paran el autobús y nos secuestran, para saber quién iba dentro¡¡

Son horas muy largas, nadie nos para, preferimos ir con las ventanas del auto-bus subidas, y no ver lo que ocurre por fuera.

Llegamos a destino, como a las 6 de la mañana, al bajar, igual que en la anterior parada, nos acecha mucha gente, esta vez para ofrecernos transporte, después de hablar con varios, da la sensación de que todos nos quieren estafar, aceptamos la que creíamos más “normal”

 

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Después de caminar unos cientos de metros llegamos a un descampado, allí creíamos que nos iban a asaltar, pero aparece una chica y nos acerca a un coche, destartalado, nos dijeron que era un antiguo coche fúnebre, negro, azul, rojo, cada parte era de un color, con solo los asientos delanteros y largo, como de 5 metros. 

Llegamos al hotel tarde, sobre las 2 de la mañana, descargamos todo en el hall y a dormir, al día siguiente nos asignaba la organización el alojamiento.

Teníamos que ir a La Villa Olímpica, y allí nos dirigimos, al doctor que iba con nosotros no le pareció adecuado, ya que algunas habitaciones eran compartidas, hay que tener en cuenta que el alojamiento y la manutención iban a cargo del organizador.

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Y nos dirigimos al hotel que habíamos hecho noche, en el cual también estaban Usa y Canadá, los americanos tenían escolta policial cada vez que salían a la calle, por el problema que había entre los dos países, o mejor dicho entre los dos dirigentes de los países.

Nos desplacemos al velódromo para la reunión con el organizador y la inscripción, yo tenía un equipo a parte

de la federación, con dos corredoras, un médico, masajista y mecánico, con presupuesto a parte y material debido a que la corredora tenía una beca especial de la Conade.

Allí en la reunión nos asignaron a cada equipo un chofer, para los viajes del hotel al velódromo.

Al día siguiente esperábamos en la

puerta del hotel al coche, vinieron a recoger a Usa, Canadá, árbitros y dirigentes, a nosotros no nos vinieron a buscar, pedimos un par de taxis y fuimos a entrenar, cuando volvimos al hotel, me encontré con el organizador, que a su vez era el presidente de la federación

Escucha, te quería comentar, hoy no tendrían que haber venido a buscar y el coche no llegó.

El presidente, me pregunto si yo era el té

cnico español de México, se abalanzo sobre mí, me cogió del pecho y empezó a lanzarme insultos y amenazas

P.         ……………… eres un ……………. Has insultado a todos los venezolanos, has insultado a nuestro presidente, te has reído de nosotros, eres un …………. español de mierda, te voy a matar, se le salían los ojos de las cuencas, me empujaba y me alzaba el puño para pegarme

Yo estaba blanco, ni sabía lo que decía, ni sabía que tenía que hacer, no entendía nada…

P.         Doy 50 $ a cualquiera y te meten dos balazos por lo que has dicho, yo de ti no dormiría tranquilo.

Podéis imaginar cómo me fui a la habitación, aquella noche no baje ni a cenar, después del espectáculo de la recepción.

Me planteé irme aquella misma noche, y si no lo hice fue por las dificultades del viaje

Cuando bajé a desayunar, ya les comenté al equipo, que si podía me marchaba, pero lo pensé mejor y me dije, si no he hecho nada, debe ser una confusión¡¡

En cuanto lleguemos al velódromo para entrenar volví a ver a aquel señor dirigiéndose hacia mí, me temblaban las piernas, se acercó, me cogió de los hombros y me dijo:

P.         Me tienes que perdonar, me tienes que disculpar, mil disculpas, me han engañado, me explicaron mentiras, me he informado, no podía ser que dijeras eso, he hablado con mucha gente, todos me han asegurado que esas palabras son imposibles que las hayas dicho tú, perdóname

J.          Pero me puedes decir quién te ha dicho esas barbaridades

P.         No te lo voy a decir, es una persona cercana a ti, has viajado con él, pero no te lo voy a decir, me quedo con que me ha engañado y que he hecho el ridículo contigo.

Yo le perdone, me alivié, pero no me preocupé más por ello, me dedique a hacer de lo que se, de entrenador.

Así discurrió el campeonato, dormíamos y desayunábamos en el hotel y la comida y cena en la villa olímpica, estaba a unos 1,5 kms del hotel, yo iba y venía cada día andando, era una avenida llena de árboles de Mango, cogía unos cuantos y me los guardaba para merendar

Una noche, cuando llegaba al hotel, el recepcionista me pregunto

R.         Perdone profesor, de donde llega usted ahora? No he visto ningún taxi, viene caminando

J.          Si, lo hago cada día, de aquí a la Villa y volver

R.         Esta usted loco? Cada noche matan a alguien en ese trayecto, ahora mismo en este país su vida vale lo mismo que un cigarrillo¡¡¡

¿Sabéis que hice? Seguí cada día caminando por aquella avenida, sí que es verdad que me encontraba mucha gente, yo los saludaba, fue como si lo que me pasó en el hall con el presidente me inmunizara de todo.

 

Jaume Mas